viernes, 14 de octubre de 2011

LA SINCERIDAD DEPURA NUESTRAS RELACIONES Y ELIMINA LOS RECELOS

Las mejores relaciones se basan en la confianza. No mentimos porque seamos embusteros convulsivos, sino porque creemos que nos facilita las cosas, que resulta más facil para gestionar la realidad y las relaciones que mantenemos. Algo tan sencillo como reconocer que no hemos hecho determinada gestión familiar-ir al super,recoger la ropa de la tintoreria- se disfraza recurrentemente con una excusa falsa, y con el gesto ofendido si el interlocutor se extraña.
Alejarnos de la verdad repercute además negativamente en nuestra autoestima, porque sabemos que hemos escogido una opción que no nos dignifica como personas.
 Por último, no hay que olvidar un refrán tradicional evidentemente pragmático, pero anclado firmemente en la realidad: "Se coge antes a un mentiroso que a un cojo".
El que deforma la información, o sencillamente la inventa, acaba tarde o temprano siendo descubierto.
Todos anhelamos el respeto de los demás, que no examinen con lupa nuestras afirmaciones porque consideren que no son ciertas. Es en base a ese doble objetivo: que nuestra palabra tenga valor y que sea percibida como tal, que debemos ser sinceros.
En el vértigo de la vida diaria, no camuflar la verdad, por cansado que sea, nos quitará muchos dolores de cabeza. Y nos sentiremos mejor al mirarnos al espejo.

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